Ophélie Juillard celebra sus 20 años en Maison Fenestraz

Ophélie Juillard, Directora General del grupo Maison Fenestraz, celebra este invierno 20 años en nuestro grupo hotelero familiar.
Descubra a continuación su trayectoria y sus experiencias.

Puede hablarnos de su trayectoria en el grupo Maison Fenestraz?

Todo empezó en el verano de 2004, cuando un colega del Château de Bagnols – mi Beaujolais natal – me propuso pasar una temporada de invierno en Courchevel. En este momento, acababa de regresar de una larga estadía en Inglaterra y aún no tenía un plan claro para continuar mi carrera en la hostelería.

Fue entonces cuando descubrí Les Airelles, donde pasé mi primera temporada de invierno en 2004-2005. Me conquistó enseguida el ambiente que reinaba en el hotel: un equipo apasionado, totalmente dedicado a la Señora Fenestraz, muy activa a diario en esta epoca. Empecé mi carrera en el departamento de reservas, un área que se adaptaba perfectamente a mi temperamento comercial. Lo que me encantaba era rellenar el calendario mural de reservas, convirtiendo esta tarea en un verdadero reto: el objetivo era completar este gigantesco rompecabezas con el mayor número posible de reservas, evitando cualquier «hueco» (los que saben lo entenderán).

Tras esa primera temporada en Les Airelles, asumí el puesto de subdirector en el hotel AlpenRuitor de Méribel-Mottaret, donde acabé permaneciendo diez años. En 2010, el Señor Raoul Fenestraz, que había asumido la dirección del AlpenRuitor y del Hôtel La Loze – tras la venta de Les Airelles en 2007-, me ofreció la oportunidad de dirigir los dos establecimientos alpinos. Fue un honor aceptar este reto, que me permitía repartir mi tiempo entre Annecy en verano y Méribel en invierno.

En 2016, justo cuando empezaba a cansarme del ritmo de las temporadas, Raoul Fenestraz me hizo una oferta que no pude rechazar: convertirme en su mano derecha y Directora General de todas sus magníficas casas en todo el mundo. Mi dominio del español hacía aún más apasionante esta nueva oportunidad, sobre todo con la perspectiva de trabajar en Argentina, un territorio aún desconocido para mí en aquel momento. Entonces agrupamos todas las entidades para crear la marca Maison Fenestraz, con sede en Annecy, donde sigo hoy.

Qué significa llevar 20 años trabajando para un grupo familiar?

Trabajar en un grupo hotelero familiar, sobre todo con la familia Fenestraz, significa ante todo formar parte de su familia. He visto crecer a sus tres hijos: asistí a la primera pasantía de Victoire en Les Airelles, en dirndl, cuando aún no tenía 14 años. Luego volvió a mi lado cuando se creó el grupo Maison Fenestraz en 2016, y también la acompañé durante dos temporadas cuando dirigía el AlpenRuitor.
También colaboramos estrechamente con Gautier, que ahora gestiona toda la “imagen de marca” de MF. Siempre aporta una perspectiva fresca y moderna a nuestros proyectos.
En cuanto a Sacha, le conocí desde muy niño. Aunque nunca hemos tenido la oportunidad de trabajar juntos, mantenemos un contacto regular.

Madame Fenestraz sigue viviendo en Cannes y no paso un año sin visitarla para contarle cómo van sus casas alpinas. Aunque su salud ya no es óptima, aún recuerda sus temporadas de invierno en Les Airelles o en su Maison de La Loze.

Por último, trabajar al lado de Raoul y Stéphanie significa compartir sus sueños. Aunque el trabajo es exigente, me apasiona lo que hago y la relación profesional que hemos construido a lo largo de los años. Hoy nos une un respeto mutuo y estoy orgullosa de lo que hemos conseguido.

A medida que mi carrera ha ido evolucionando, también lo ha hecho mi vida personal, y la familia Fenestraz siempre ha estado a mi lado en los momentos clave, sobre todo cuando nacieron mis hijas. Nunca dejan de tomar noticias de ellas.

Cuáles son sus recuerdos profesionales más impactantes de los últimos 20 años?

Sin duda, uno de los momentos más intensos fue la apertura del nuevo AlpenRuitor en 2012. Ascender a la categoría de 4 estrellas, crear un spa y poner en marcha dos restaurantes con bar, todo ello tras dos años de intensos proyectos y solo una temporada baja para las obras. Me impliqué a fondo en esta renovación y, el día de la inauguración, derramé algunas lágrimas porque la emoción era tan fuerte…

Aparte de este momento único, mis mejores recuerdos también están ligados a los intercambios, primero con nuestros huéspedes cuando estaba en los establecimientos, y ahora con nuestros colaboradores. El contacto diario con personas de orígenes y culturas tan diferentes es una fuente constante de enriquecimiento. He desarrollado un amor especial por América Latina, una región que antes no conocía, pero que me ha conquistado por su energía y vitalidad.

Y dentro de 20 años?

Prefiero vivir el momento y saborear cada día. Así que empecemos por centrarnos en la temporada de invierno 2024/2025, que promete ser magnífica. Y, sobre todo, celebremos de la mejor manera posible el 20º aniversario de El Colibrí!

Arvipa!